Nada tan maravilloso como pintar, es el acto mismo de la creación!
Muchas veces me he detenido a meditar el hecho artístico
para comprenderlo, es la existencia, es el orden en todas sus manifestaciones.
El orden puede ser absolutamente mental o técnico, al igual que el de una computadora, puede ser
perfecto y se verá muy bien así, pero
cuando además de esto el “espíritu de la
creación” baja por el cabo del pincel a la tela… AHH ¡! Ahí está lo que no sabremos explicar… solo lo veremos
instalarse en la pintura. ¿Dónde? No hay un lugar definido, no podrás encontrarlo
en ningún lugar preciso de tu trabajo, ¿será la suma de las pinceladas que hacen el todo y lo
expanden?; solo “es”, solo “esta”, cae como una veladura en toda la superficie
de la tela y debemos saber detenernos a tiempo!!… estar conscientes
del milagro para no abortarlo…esa es nuestra
tarea.
La búsqueda de este instante nos hace perseverantes. Por
momentos en las luchas con el soporte, por momentos en la dicha y el fluir de
nuestros impulsos. No sé qué sincronía sucede en ese soplo de vida
en la obra de arte…no lo sé…solo
sé que existe y la hace viva!!
Cundo la técnica se convierte en un ejercicio, la
incorporamos a nuestro hacer casi automáticamente, nuestro ojo se ve refinado y
susceptible a las mejoras que realizamos casi sin razonar; eso es bueno, pues
le da más espacio a lo
que no controlamos.
El ojo capta el paisaje, los colores armonizan en la
realidad, ¿fruto de su belleza intrínseca o por la mirada del pintor? Ambas.
Algunas veces nos encontramos con imágenes imposibles de mejorar con las combinaciones
obtenidas de las fuerzas de los pigmentos, y solo nos queda
contemplarlas como maravillados espectadores pasivos… Otras, la imagen nos
sugiere paraísos visuales, sutilezas
indescriptibles que logramos verlas y
plasmarlas con el ejercicio en la práctica
pictórica y nos desafían a eternizarlas…
Eterno, palabra que quita el sueño al que anhela la trascendencia artística, la trascendencia humana. Solo lo verdadero es
eterno y qué más verdadero que el
impulso visceral, primario, consciente del ser que busca la armonía en la
expresión plástica, que se permite
representar al universo visual y emocional en combinaciones cromáticas, como una nueva creación de lo ya creado!
El mundo se deteriora… el mundo lucha por conservarse,
siento su aliento agobiado pero no
vencido…
La belleza del caos que tiene un orden, la belleza del
remanso del alma que se manifiesta en la naturaleza bondadosa. ¿Qué hacemos los artistas para ayudar al mundo a
no sucumbir?
"La viña roja" Vincent Van Gogh
Va contra la naturaleza de nuestro ser como artistas hacer eco del expiro…Ni el más acabado de los
artistas acabados fue vencido ante el grito de lo despiadado, Van Gogh convirtió en belleza su locura ; la locura
del mundo transmutada en bocanadas de aire puro emanadas de los lirios, los
retamos, los almendros…el cielo , la noche, los enamorados.
Los artistas debemos ayudar a la reconstrucción del orden
universal, debemos volver la vista a lo que queda de bueno en las cosas y los seres, despertar conciencias dormidas o empañadas de tecnicismos, intelectualismos,
consumismos y todos los ismos que nos bloquean como humanos.
Con pintar lo
bello estamos colaborando con la humanidad y nuestra obra será eterna…
No hay comentarios:
Publicar un comentario